La sospecha de Sofía – Paloma Sánchez Garnica

Fecha: 15 de octubre                                Hora: 20 h.

Lugar: Centro Cultural Azucarera            Torre del Mar

Resumen del libro

En una Europa dividida por un muro insalvable, dos hombres y una mujer buscan desesperadamente su destino.

La anodina vida de Sofía y Daniel cambia radicalmente cuando él recibe una carta anónima en la que se le dice que Sagrario, a la que venera, no es su verdadera madre y que si quiere conocer la verdad de su origen debe ir a París esa misma noche. Intrigado, pregunta a su padre por esta cuestión y él le recomienda que lo deje pasar, que no remueva el pasado. Sin embargo, hay preguntas que necesitan una respuesta y esta búsqueda desencadenará una sucesión de terribles acontecimientos y encuentros inesperados de infortunado desenlace que trastocará su vida y la de su mujer, Sofía, para siempre. Madrid, París y su mayo del 68, el muro de Berlín, la Stasi y la KGB, los servicios de contraespionaje en la España tardofranquista y tres personajes en busca de su identidad son las claves de esta fantástica novela con el inconfundible sello de Paloma Sánchez-Garnica.

Resumen de la sesión

No es la primera vez que se plantea en una novela la desaparición de un marido y las dudas que se le presentan a la esposa sobre su identidad cuando vuelve a casa. Esta fue una de las preguntas que se plantearon algun@s de l@s asistentes sobre si es creíble esta historia en la que Sofía no distingue el cambio que se produce entre su esposo Daniel y su hermano gemelo Klaus (cuya existencia ella desconocía) tras la salida del primero hacia París para resolver un problema laboral del bufete donde trabajaba con su padre.

Para su análisis, la novela, según matizó uno de los asistentes, tiene tres partes muy diferenciadas que nos ha servido para conocer o recordar momentos históricos de Madrid, París y Berlín entre los años 1960 y 1989 y muchas de las características de la sociedad de la  España franquista, de las revoluciones estudiantiles de mayo del 68 en Francia y la construcción y caída del muro de Berlín. Dos dictaduras, la de España y la de la Alemania Democrática, frente a la esperanza de grandes cambios sociales que van a suponer las revueltas en Francia, salen a relucir en esta historia que tiene a Sofía,   Daniel, su marido, y  su gemelo Klaus como protagonistas principales.

Cuando analizamos la vida de esta pareja resaltamos su monotonía en todos los aspectos familiares y en sus relaciones como pareja, la imposición del criterio del marido en todas las decisiones, la dedicación de Sofía exclusivamente a ser una esposa “comodiosmanda”, vistiendo como le gustaba a Daniel y dejando el finalizar su carrera de Química para mejor ocasión porque quien tenía que traer el sustento a la casa era el marido. Para colmo, Sofía tenía una amiga íntima, Carmen, azafata de profesión, a quien envidiaba sanamente por la libertad de que disponía y el estilo de vida que llevaba. Ello le llevó a replantearse su forma de vivir en alguna ocasión, pero…  Sale a colación las diferencias entre los derechos de los hombres y las mujeres de esta época en nuestro país y alguien recordó la famosa frase “se dice que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer” y ¿por qué no puede ser al revés? matizó. A su vez Daniel, que le hubiese gustado ser Físico (conoció a Sofía en una conferencia de esta materia), terminó siendo abogado en el bufete de su padre Romualdo Sandoval por imposición de este. Como se ve, todo un retrato de la época.

Alguien quiso recordar cómo la intensa amistad de Sofía y Carmen estaba relacionada con la que mantuvieron sus padres, Zacarías y Vicente  y que provenía de los tiempos de la Guerra Civil en la que ambos coincidieron en la zona republicana. Zacarías y Adela (padres de Sofía) formaron un matrimonio de conveniencia debido a las circunstancias que le tocó vivir a él, mientras que Vicente y Concha (padres de Carmen) fueron pareja desde que se enamoraron siendo jóvenes. Zacarías quiso que su hija Sofía continuase con los estudios, pero una vez casada, Daniel y Adela (marido y suegra) unieron sus fuerzas para impedirlo.

¿Y cómo aparece Klaus, hermano gemelo de Daniel, en la vida de este y en la de Sofía? Klaus vive en la Alemania Democrática con sus padres a donde llegan después de residir un tiempo en Rusia. La familia Zaisser fue una de las muchas que se exiliaron a este país durante la Guerra Civil de España desde la zona republicana. Se recuerda como la Stasi (la policía política de la Alemania Democrática) obliga a que Klaus sirva a sus intereses al capturarlo cuando intentaba escapar a Berlín Occidental junto a su pareja Hanna y su hija Jessie, intentando saltar el Muro. A ellas dos se las llevaron y él fue encerrado en una prisión durante varios meses. La forma de pagar su deuda sería, dadas sus grandes capacidades intelectuales, entrar al servicio de espionaje de la Stasi. A pesar de negarse en un principio por sus ideas políticas diferentes, accedió al ser chantajeado con matar a su pareja y su hija, realizando operaciones en diferentes países. Enterada la Stasi de que Klaus había utilizado contactos oficiales para averiguar donde vivía su hermano gemelo a petición de su madre, lo consideró alta traición y  quisieron aprovechar esta circunstancia para forzar a Klaus a una operación en la que lo infiltrarían en el bufete de Romualdo Sandoval, muy influyente en el régimen franquista, eliminando previamente a este y sustituyendo a Daniel por Klaus dado su parecido idéntico. El bufete les serviría de tapadera para operaciones de espionaje en Madrid junto a la KGB rusa.

Klaus atrae a Daniel a París, tras hacerle llegar una carta a su despacho en la que le dice que aquella a quien considera como su madre (doña Sagrario) no lo es, y que si quiere conocer a su madre biológica tiene que desplazarse a París. Daniel le dice a Sofía que tiene que salir de forma urgente para resolver allí un asunto de trabajo ante la sorpresa de Sofía. Una vez en París se lleva una impresión mayúscula al encontrarse frente a su gemelo. Y a su vez un desconcierto mayor cuando se entera que para conocer a su verdadera madre, Gloria Montes, tienen que trasladarse a Berlín, a la zona Oriental.

Alguien resalta el encuentro de Daniel con sus padres Alwin y Gloria, como de mucha dureza. El padre biológico, de arraigadas ideas comunistas, rechaza la presencia de Daniel en su casa delante de su madre. El motivo que aduce es el  que Daniel vive como un burgués en la dictadura franquista. También está presente su hermana Bettina, que observa la escena de forma indiferente. Bettina, que es médica, tiene entre sus proyectos secretos salir en cuanto sea posible de la Alemania Democrática pues, al contrario que su padre, ella no está de acuerdo con el régimen comunista del país. Daniel, ante el ambiente de rechazo que encuentra en la casa de sus padres y una vez que ha conocido a su madre, decide regresar a Madrid, pero traicionado por su hermano no llega a pasar el control de Aduanas de la Alemania Democrática. Se quedaría en una cárcel de Berlín durante diecisiete años. Ello nos llevó a hablar también del tipo de sociedad existente en la Alemania Democrática. De la tristeza que se respiraba en sus habitantes, de la falta de libertad y de la diferencia existente entre el tipo de vida de las clases dominantes y el resto del pueblo como se percibe aún en las construcciones, según manifestaron quien han visitado las zonas de Berlín a ambos lados del Muro.

Recordamos como antes de la llegada de Daniel a París, la KGB rusa, en colaboración con la Stasi, llenó la vivienda de Daniel y Sofía de micrófonos para que Klaus, que vivía en un piso frente a la casa de ambos, conociese todo lo referente a la forma de ser, pensar y vivir del matrimonio para que cuando sustituyese a Daniel, Sofía no sospechase nada. La Stasi, una vez detenido Daniel en Berlín, analizaron el cuerpo de este y reprodujeron en el de Klaus hasta el último detalle (operación de amígdalas, cicatrices, quemaduras…) para que fuese idéntico a Daniel cuando llegase el momento.

Sofía le había pedido a Daniel que en cuanto llegase a París la tuviese informada por teléfono. Él así lo hizo, pero Klaus se encargó de que las llamadas o los telegramas a los que recurrió Daniel al no ser efectivas estas, nunca llegaran a su destino en Madrid. El tiempo pasaba y el nerviosismo de Sofía aumentaba queriendo presentar una denuncia ante la policía por la desaparición de su marido, idea que le quitó de la cabeza su suegro que conocía el motivo real de la marcha de Daniel a París. Llegado un momento, Sofía decide ir en busca de su marido en un principio acompañada de su íntima  amiga Carmen que se había ofrecido, aunque al final por motivos de trabajo no lo pudo hacer y ello supuso un grave varapalo para Sofía que nunca había viajado sola. Su padre, Zacarías, encontró la solución al ponerla en contacto con Patricia, amiga de juventud y de profesión de quien estuvo realmente enamorado, que trabajaba en París y con quien hablaba con frecuencia. La hija de esta, Monique, la esperaría en el aeropuerto como así fue y le ofreció quedarse en su casa durante el tiempo que estuviera en la ciudad. Los primeros días los dedican a buscar a Daniel empezando por el hotel donde se quedó nada más llegar, por los diferentes hospitales, la policía e incluso tanatorios, sin resultado alguno. La llegada de Sofía en mayo del 68, va a coincidir con las revueltas estudiantiles que pudo vivir en primer plano en diferentes momentos. Esta situación nos sirvió en la tertulia para comparar, según el relato de la autora, los dos modelos de sociedad, francesa y española, en aquellos momentos. Las conversaciones entre Monique y Sofía sobre el divorcio (los padres de la primera estaban divorciados), la homosexualidad (la relación mantenida entre Monique y Sofía  una de las noches), los libros que leía Monique y que recomendó a Sofía, muchos de ellos prohibidos en España, cómo cambia su forma de vestir utilizando por primera vez pantalones… Dos culturas completamente diferentes. Pero alguien recordó, porque va a ser importante posteriormente, que todo lo que ocurría en el piso de París también quedó completamente grabado por los servicios secretos de la Stasi para ser utilizado por Klaus. Durante esta estancia, la madre de Daniel llamó a Sofía para comunicarle que su suegro había sufrido un accidente de coche y se encontraba muy grave. La Stasi había actuado, como estaba previsto, aunque no de forma completa.

Klaus considera que es el momento de que Daniel (Klaus) aparezca de nuevo en la vida de Sofía y la cita para verse, tras grandísima sorpresa de esta, en el mismo hotel en que estuvo cuando él llegó a París. Klaus le cuenta a Sofía que había ido a conocer a su madre biológica y  que ésta, muy enferma,  había fallecido posteriormente. Le pidió que no le contase nada de ello a Sagrario para no hacerla sufrir y Sofía le informó del accidente sufrido por su padre, por lo que deberían regresar a Madrid urgentemente si quería verlo con vida. Una vida que él ayudó a rematar cumpliendo las órdenes de la Stasi con el fin de hacerse cargo del despacho de su padre según tenían previsto. La Stasi le había proporcionado a los servicios secretos rusos de la KGB una infraestructura inmejorable.

Y surge la pregunta clave por algunas de las asistentes. ¿Cómo es posible que Sofía no se diera cuenta de que Daniel  había sido sustituido por Klaus? Más con las diferencias en el trato que va a experimentar en su “nueva” vida: Daniel le permite conducir “su” coche, le va a animar a que continúe con el doctorado y pueda trabajar con su padre en la investigación, ya no  organiza su vida, la invita a que esté fuera de casa cuanto más mejor, todo ello previsto para que Sofía con tanta actividad, no pueda notar las posibles diferencias en la convivencia diaria. Incluso es consciente del cambio habido en las relaciones íntimas y aunque nunca llega a notar diferencias físicas, sí le comenta a su amiga Carmen que a veces le parecía que estaba viviendo con otro hombre por el olor del sudor, su aliento, la manera de abrazarla. “¿A ti te va bien? ¿Te gusta el cambio? Debes comprender que la muerte de su padre, que lo dominaba completamente, y el viaje a París, lo han cambiado”, le decía Carmen y también su padre, encantado sobre todo con que terminase su carrera y se dedicara a la investigación científica como él.

Klaus vivió sustituyendo a Daniel durante seis años y, en la última etapa, ocurrieron  una serie de casualidades e incidentes en su domicilio y en el bufete controlado por la KGB, que hicieron sospechar a Sofía de que Klaus le ocultaba algo. Klaus vuelve a utilizar miembros de los servicios secretos de la Stasi para ayudar desde Madrid a su hermana Bettina a pasar a Alemania Occidental. Enterados estos y en venganza, secuestran a su hija Beatriz que es llevada a la RDA. Le ofrecen su libertad a cambio del regreso de Klaus y Bettina a su país. Klaus se compromete ante Sofía a traer de nuevo a su hija y ante la Stasi a cumplir las condiciones impuestas. Será su último viaje.

Comentamos las traiciones de Klaus tanto a Daniel como a Bettina, entregándolos a la Stasi y siendo una víctima del sistema totalitario que existía en la RDA, ya que no aceptando sus ideas, tuvo que obedecerlas desde el momento en que lo capturaron al querer escapar a la Alemania Occidental. Una vez se hubieron entregado Klaus y Betina, y tras morir Klaus en un enfrentamiento con la policía, “su hija” Beatriz es trasladada de nuevo a Madrid y a Sofía se le entrega, junto a su hija, un certificado de defunción de “su marido” Klaus (para ella Daniel Sandoval). Once años de viudedad hasta que la RDA consideró que Daniel Sandoval había redimido la pena a la que fue condenado cuando al querer quitarle la pistola a un guardia que lo vigilaba, para suicidarse, le disparó a este en el forcejeo.

Daniel regresa a Madrid y a través de Elvira, la secretaria del bufete, se encuentra de nuevo con Sofía ante el estupor y las dudas de esta, a pesar de contarle la verdad de lo sucedido. Durante seis años, Daniel y Sofía intentaron recuperar una relación, que a juicio de diferentes asistentes, estaba lastrada por los recuerdos de ambos respecto a Klaus. Daniel le dice a Sofía que ella ve en él a Klaus de quien seguía enamorada ya que fue quien le cambió la vida. Enterado una noche, viendo la tv de que se había producido la caída del Muro de Berlín, Daniel decide regresar a Alemania donde visita a su madre, su hermana y la tumba de Klaus. Allí coincidió con Hanna (primera pareja de Klaus y posteriormente casada con un dirigente de la RDA) a quien le agradeció la ayuda que le había prestado mientras estuvo encarcelado. Hanna intenta que Daniel se quede con ella, pero este se da cuenta que ve en su persona a Klaus. Daniel, con este viaje, quiso “enterrar” definitivamente los recuerdos de Klaus y de Hanna y se encontró en Berlín con una sorpresa: Sofía que venía también a borrar el recuerdo de  Klaus y a recuperar para siempre a Daniel.

Destacamos el retrato de los diferentes personajes y cómo se describen perfectamente los ambientes familiares de la dictadura franquista y la comunista, la influencia que tuvo el Muro en la  Alemania Democrática, así como el ambiente de transformación cultural que se respiraba en mayo del 68 en París. De lectura fácil, me ha gustado mucho – manifestó otra de las asistentes – manteniéndome en vilo toda la historia. A mí me ha encantado como describía los ambientes – se dijo – ya que me parecía estar viendo lo que relataba. En general, nos ha gustado a todos ya que la credibilidad de la obra al poner en duda que una mujer pueda o no reconocer a su marido entre dos gemelos, es una anécdota frente a todo lo que ha dado de sí la novela en el análisis de los aspectos sociales e históricos que nos relata la autora.

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Próximo libro: “Últimas tardes con Teresa”          Autor: Juan Marsé

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